Frases de Enrique Jardiel Poncela

    Genio del humor, Enrique Jardiel Poncela, fallecido en 1952, es a mi gusto el mejor autor español en su género del Siglo XX. Estrenó 28 comedias, 8 de 1927 a 1936 (es uno de los cinco integrantes de la otra generación del 27, junto con Tono, Mihura, Neville y Lopez Rúbio) y 20 de 1939 a 1949, además de cuatro novelas grandes y un sinfin de cuentos, artículos y novelas cortas. De ellas me gusta siempre destacar "La Tournee de Dios", obra prohibida por las censuras republicana y franquista, admirable por su manera de posiblitar multiples lecturas (o una sóla, para lectores de gustos simples). Entre sus obras de teatro, "Las cinco advertencias de Satanás", "Carlo Monte en Monte Carlo", "Cuatro corazones con freno y marcha atrás", "Los ladrones somos gente honrada" y "Eloisa está debajo de un almendro" suelen ser las más destacadas
    Fue el verdadero innovador del humor español, desde sus principios en el negociado de incobrables de "Gutiérrez" hasta su teatro del absurdo... mucho antes de que Ionesco saliera de su gabacho cascarón.
    Pésimamente tratado por la crítica y admirado hasta extremos hoy inconcebibles por su público fiel, fue un gran amante de lo cómico. Su vida no corrio la linealidad general. Padre soltero (como buen misógino), su hija Evangelina siguió, con menor fortuna, sus pasos en el camino de las letras. Es altamente recomendable su última obra, biografía de su padre, en Biblioteca Nueva. Esta misma editorial hace una loable labor rescatando las obras de Jardiel, lamentablemente casi perdidas en librerias de viejo.
    Su escapada de la zona republicana durante la guerra merecería un capítulo en cualquiera de sus novelas más jocosas... y el trato recibido al salir de la España Nacional para hacer una gira por Hispanoamérica otro en cualquier melodrama de Casona. Murio arruinado, con su coche embargado por "La Codorniz" por unos artículos que jamás entregaría.
 

Sobre el amor y el sexo

- Los amores con los que se pretende limpiar los espíritus, suelen no servir más que para ensuciar sábanas.
- El amor es el puente para pasar del onanismo al embarazo.
- Se llama en amor "mujer honesta" a la que es deshonesta con un solo hombre.

Hombres y mujeres

- Todos los hombres que no tienen nada importante que decir, hablan a gritos.
- La mujer y el libro que han de influir en una vida, llegan a las manos sin buscarlos.
- La mujer adora al hombre igual que el creyente adora a Dios: pidiéndole todos los días algo.
- Cuando las mujeres andan en peores pasos es cuando van mejor calzadas.
- Las mujeres, como las espadas, cuando más respeto inspiran es cuando están desnudas.
- La mujer mueve mejor el cuerpo que el cerebro.
- Una mujer vestida de seda es como un capullo de mariposa: por fuera, seda, por dentro, un gusano que se retuerce.
- De lejos todo parece más pequeño, a excepción del hombre inteligente, que de lejos parece mayor.
- Todo lo que no está sostenido cae, si queréis que una mujer "caiga", quitadle el sostén.
- Lo más a que puede aspirarse de una mujer que tenga los ojos negros, azules, o verdes es a que los ponga en blanco.
- Muchas mujeres siguen diciendo que no con la cabeza, cuando ya han dicho que sí con el resto del cuerpo.
- Lo único que a la mujer le interesa de la cabeza del hombre es el pelo.

El matrimonio

- El pasado amoroso del hombre le sirve a la mujer de garantía; el pasado amoroso de la mujer le sirve al hombre de desesperación.
- Si vuestra prometida es realmente una santa, llevadla inmediatamente al altar; pero dejadla en él y volveos a casa.
- Las madres sufren tanto al ver que se casan las hijas, que sólo se consuelan pensando en lo que sufrirían si vieran que no se casaban.
- El que pide "la mano" de una mujer, lo que realmente desea es el resto del cuerpo.

La medicina

- El espiritismo se inventó para que los médicos pudieran hablar con su clientela.
- La medicina es el arte de acompañar con palabras griegas al sepulcro.
- Hay dos tipos de enfermedades: las que curan solas, y por tanto no es preciso el médico, o las que nadie las cura, en las que tampoco es preciso el médico

La vida

- La juventud es un defecto que se corrige con el tiempo.
- La vida es como una mujer muy querida que no se portase bien con nosotros: todos los días nos haríamos el propósito de abandonarla y nunca nos encontraríamos con fuerzas suficientes para ello.
- Todo el mundo se suicidaría, si después de suicidarse se pudiera seguir viviendo.

Varios

- Toda sociedad es un organismo podrido que se conserva gracias al hielo de la hipocresía.
- Para ser moral basta proponérselo; para ser inmoral hay que poseer condiciones especiales.
- Hay dos sistemas de conseguir la felicidad: uno, hacerse el idiota; otro, serlo.
 
 
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