Exposición Mitologia Doméstica en la Galería My Name´s Lolita Art - Madrid

 

 

Hasta el 31 de enero de 2006.
Con motivo de la última exposición en Madrid de Joël Mestre, y a partir de la entrevista realizada por Cristóbal Álvarez, 

comenzamos una serie de entrevistas seleccionadas con creadores de la escena del arte actual.

 

 

MITOLOGÍA DOMÉSTICA - JOËL MESTRE. MY NAME´S LOLITA ART
Cristobal Alvarez Teruel

 

El título de esta última muestra en My name is Lolita Art, “Mitologías Domésticas”, ¿es una apelación a admirar más de cerca la realidad que nos circunda? Es decir, aquello que nos rodea, ¿puede llegar a ser sustancia poética para plasmar en el lienzo?  Creo que sí. Esta exposición reivindica una vez más la imaginación. Hay una imaginación que no esta reñida con la realidad; una imaginación útil que nos permite sacar más provecho a la vida sin alejarse un ápice del mundo y la naturaleza que nos rodea. En ese sentido el tema pictórico, el modelo puede no andar muy lejos.

¿Su obra es el fruto de una imaginación activa mirando los “presentes continuos” que le rodean? La pintura ralentiza el tiempo, tiene esa facultad de crear pausas, de subrayar y recrearse en los aspectos que cada autor considera interesantes. En esta ocasión me he detenido en ese material de desecho que son los cartones de embalaje, unos objetos aparentemente inertes que proyectan una existencia mas bien sofisticada.

¿Es usted poeta? ¿Aficionado a su lectura quizás? No. No pienso en poesía como en un género, como decías antes es más una sustancia algo que impregna las cosas, los acontecimientos, las acciones. Me atraen esos momentos ambiguos y emocionantes que hay en lo normal y cotidiano. No frecuento mucho esta literatura, en cambio me atraen mucho algunos poetas cuando hablan y escriben aparentemente sin componer, en muchos casos su lucidez es ejemplar, creo que son un gremio realmente imprescindible.

¿Qué opinión le merece la famosa y trillada “muerte de la pintura”? Me suena a argumento de mercado, igual de increíble que cuando la vitorean y consideran a la pintura más fuerte que nunca.

¿Por qué se rechaza hoy día la ficción o la narración en pintura? Imagino que es porque hoy se valora más el impacto visual que el contenido. Una seducción más a través de la imagen y de la técnica antes que por una exploración más intelectual. Quizá porque para algunos al final resulta incómoda y crea conflicto. Para muchos la pintura sólo tiene un componente decorativo y prefieren que no se salga de esos parámetros. La pintura es un medio de comunicación complejo, con un margen de error muy alto que precisamente la hace especial. Quizá necesita de un tipo de sensibilidad muy particular que cada vez es más escaso y raro. En mi opinión la pintura debe utilizar todos los recursos de un modo inteligente.

Confiere a la técnica y los materiales una especial atención. Con ello, creo que consigue dar esa especie de electricidad a los elementos que aparecen pero, ¿se termina alguna vez de inventar y tantear materiales y técnicas nuevos? Hay pintores muy inquietos en este sentido, quizá muy en relación con lo que decía antes de actualizar esa seducción visual. En mi caso no exploró más allá de mis necesidades expresivas. Técnicamente no he evolucionado mucho en estos últimos diez años; he encontrado una especial sintonía con este tipo de temple sintético a partir de pigmento y látex sobre imprimaciones casi siempre acrílicas y muy absorbentes. Esta combinación responde muy bien a mi procedimiento de trabajo, en el que suelen haber muchos arrepentimientos y modificaciones.

Su obra parece llena de fragmentos perezosos que pasan a epatar en el espectador, a electrificarle más bien… ¿es la materia empleada la culpable? La pintura retiene momentos de un modo distinto a como lo hacen otros medios. A través de la pintura se crea un dialogo con el tema que suele quedar reflejado de algún modo en la tela. Se aprecia una resistencia y una dificultad. La técnica y el procedimiento influyen mucho en la lectura de cada obra pero creo que es ese nivel abstracto y conceptual el que realmente acaba involucrando al espectador

Observo cierta influencia de Palazuelo y a la vez de la pintura metafísica de De Chirico, ¿qué opina? Si es así, ¿esa influencia procede de su estancia en Roma con la beca del Instituto de España?La cabeza del pintor crea a veces vínculos y enlaces de manera un poco extraña, se crean tangencias en puntos a veces insignificantes pero actúan como puntos de apoyo en tu propia escalada. En mi caso comencé a comprender la Pintura Metafísica a través de un autor del que nadie me había hablado. En 1990 el Reina Sofía organizó una exposición de arte italiano, un recorrido por el siglo XX, en ella me llamó especialmente la atención un cuadro de Alberto Savinio. A través de Los emigrantes (1929) entre en un mundo y comprendí un código que hasta la fecha conocía pero no había logrado descifrar. Con los años he ido estudiando su obra y he encontrado en su temperamento artístico un material muy valioso. Creo que mi pintura no tiene nada que ver formalmente con la suya, nunca he tenido esa tentación, precisamente porque su legado tiene una trascendencia mucho mayor. Cuando fui a Roma en 1995, a la Academia de España, Savinio ya era un interlocutor indispensable. Recuerdo que en aquel viaje y por aquella época, era algo aparentemente tan contradictorio como la literatura de Marshall McLuhan lo que más me atraía. Con ese antídoto y dos estancias consecutivas, disfrute de Roma de un modo muy especial. También es cierto que fue a raíz de esta última estancia cuando decidí enfocar mi tesis doctoral sobre Savinio.

A Pablo Palazuelo lo tengo en un plano distinto —siempre ha estado ahí— pero hace ya algunos años leí, por recomendación de Teresa Tomás, sus Escritos y Conversaciones publicados en 1998. Es curioso pero es un autor muy respetado entre pintores de muy distinta procedencia o inquietudes estéticas diferentes. En mi caso, la obra de Palazuelo la situaría muy próxima a la de Rafael Sánchez Ferlosio en el terreno literario. Aunque Ferlosio esquiva la ficción y se pasa el tiempo desenmarañando para volvernos a enredar en un mundo propio, creo que ambos son autores de una imaginación desbordante y ambos de un rigor absolutamente severo. Creo que Palazuelo es un buen ejemplo de cómo la pintura puede ser invención y estar igualmente ligada al mundo y a nuestra naturaleza. Su pintura es tan emocionante y formal que en alguna ocasión he tenido la sensación de estar ante un relato. Creo que en su pintura también existe, o se intuye, una morfología del lenguaje, una sintaxis hasta una semántica, es difícil con estos ingredientes no considerar otros aspectos de la narración pictórica.

¿Puede la metafísica “meterse en una caja de cartón desplegada”? Metafísica es una palabra grande, una palabra que en Pintura suena aun más desproporcionada. Sin embargo y aunque el calificativo ha generado muchas controversias desde aquel periodo de vanguardia, la Pintura Metafísica italiana —que no hizo mas que conservar algunos de los valores de la pintura clásica sin perder su referencia— ha tenido una importante repercusión en el arte del siglo XX. Un fenómeno que no hace más que incidir en que existe un mundo de asociaciones y de ideas más allá de la imagen representada, una suerte que puede manifestarse en cualquier momento, hasta en una insignificante caja de cartón desplegada, ¿por qué no?

¿Es necesaria la ironía que usted desprende (sobre todo en los títulos de sus obras) para afrontar este nuevo mundo tecnificado y globalizado? Creo que la ironía puede ser constructiva, le quita hierro a la vida y ayuda de algún modo a desmitificar los acontecimientos que no siempre son fáciles de digerir. Hay cuadros que nacen bautizados y es sorprendente lo que tiran las palabras durante el proceso en el que va madurando el cuadro. Cambiar un adjetivo, una preposición pueden acabar modificando la escena.

¿Está nuestra sociedad en caída libre? Parece algo desbocada y muy vulnerable.

¿Toda realidad es artificio? El arte como la ciencia tienen esa capacidad de ampliar el espectro de realidades. En su mano esta el ir cuestionando esas “Verdades” con mayúsculas que a menudo parecen inamovibles.

 

             

La vida de volito 3 (Vuelo) y La vida de Volito 4 (Despedida). (2005). Pigmento y látex sobre loneta. 73 x 92 cm.