ASSEN 99

 

Gran salto cualitativo y cuantitativo el que dimos mi amigo Manolo y un servidor. Cansados un poco de Jerez y de su ambiente, quisimos dar un paso más allá, uno o varios..., queríamos ir a la Catedral del Motociclismo: Assen.

Aseen para nosotros era un reto por varios motivos:

Nunca antes habíamos hecho un viaje tan largo, 5000 km entre ida y vuelta, nuestro record lo teníamos en Jerez, y en ningún caso habían sido más de 2000 km.

Básicamente era la primera vez que íbamos a salir de España, ni idea de ingles y apenas unas muy lejanas nociones de francés.

Pero eso sí, teníamos mucha ilusión..., que digo mucha..., toda...!!! ¿las motos? Una VFR 750 de Manolo y una Kawa GPZ 500 de un servidor.

La quedada matinal y la parada a comer en Figueres, antes de cruzar la frontera, buen tiempo...

       

 

Nuestra primera etapa transcurrió sin incidentes, noche en la ciudad francesa de Millau, cuando aún no estaba construido su famoso viaducto; y en un hotel que pasaría a la historia como de los más cutres en los que nos hemos alojado.

Y para complicada a cenar, salvo la gasolina y el hotel no habíamos tenido oportunidad de practicar nuestro "lejano francés". Y aquí si que nos tuvimos que esmerar para poder cenar y sobre todo para que nos sirvieran cerveza, a base de botellines, le hicimos un bonito hueco a su refrigerador. No recuerdo que cenamos aquella noche, pero si la amabilidad, cortesía y educación con la que fuimos atendidos. Mi amor por Francia viene desde entonces...

A la mañana siguiente toca marcha de nuevo, ya sin nervios y habiendo superado la primera etapa con éxito lo que nos dio confianza, el tiempo acompañaba, pero pronto íbamos a descubrir las maravillosas carreteras francesas, no solo eran bonitas, si no que eran perfectas para rodar en moto.

En una época donde aún existían los pasos fronterizos, aunque ya no te detenían para pedirte la documentación. A pesar de ser finales de Junio, mucho frío al cruzar la región de las Ardenas...

   

Y una parada de avituallamiento a mitad del camino, las carreteras francesas eran otro mundo, con lugares de descanso para poder para a comer...

Aquel día haríamos noche en la ciudad francesa de Charleville-Mézières, en esta ocasión del hotel no tengo recuerdos, pero si de la cena, en un pub donde nos sirvieron unas pequeñas hamburguesas que devoramos con ansia..., aquella noche nos acostamos lloviendo.

La mañana siguiente continuamos camino y en esta ocasión, sin ser ninguno grave si ocurrirían varios incidentes...

El tiempo había cambiado, si bien nos acostamos lloviendo, también nos levantamos con agua..., aunque no duraría mucho.

Seguíamos con el horario español, y cuando paramos a comer..., estaba todo cerrado, y no existían euros, con lo que no podíamos pagar.

Paramos en la ciudad Maastrischt, muy famosa en la UE en aquel entonces..., nosotros lo hicimos por el diluvio que nos cayó encima.

Manolo a la altura de Arnhem pinchó la rueda trasera, gracias a un motero holandés que amable nos condujo despacio hasta un taller, después de haber vaciado nosotros dos botes de spray antipinchazos sin resultado optimo.

Aquel día fue duro, por fin pudimos comer unos sándwiches en una gasolinera de Arnhem donde sí podíamos pagar con tarjeta y una vez solucionado el problema del pinchazo. Una cosa buena, hacía rato que había dejado de llover.

Y llegamos a Assen, buscamos el circuito y el lugar para acampar, grandes prados donde hasta no mucho pastaban las vacas y apenas acondicionados para plantar tiendas de campaña..., fuimos de los primeros en llegar.

 

 

     

 

A la mañana siguiente tocaba visita turística por el pueblo de Assen...

 

                       

   

                                     

 

El Gran Premio de Assen que se celebra en sábado, coincide todos los años con una fiesta local, nosotros entonces no lo sabíamos y nos llevamos una sorpresa agradable viendo los desfiles de la celebración...

 

     

Y llega la noche donde los gatos se vuelven pardos incluso en Holanda...

 

Al día siguiente toca la excursión a Ámsterdam, tan solo 180 km. nos separaban de la capital holandesa...

 

    

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Y cuando regresamos al camping, en las proximidades del circuito observamos que ya no somos los únicos acampados...

 

     

 

Y un nuevo día y visitas por los alrededores y un poco más...

 

 

    

        

 

         

 

 

Y por la noche de vuelta a la zona de acampada y ahora mucho más animada y festiva, los holandeses no queman rueda..., la hunden...!!!

 

Y a la mañana siguiente, el gran día..., un día en las carreras..., la Catedral del motociclismo por fin...!!!

    

      

 

Y con el final de las carreras toca la vuelta a casa..., y no sin incidentes...!!!

Si hasta ese momento habiamos disfrutado de buen tiempo con alguna lluvia ocasional, a partir de ahora sería el Diluvio Universal...

 

 

Y no contentos con eso..., Manolo se queda sin gasolina en una gasolinera cerrada de la localidad belga de Arlon. Gracias a un taxista salimos del apuro que nos lleva a un hotel cercano.

 

 

Pero a la mañana siguiente a vueltas con la lluvia, que no nos abandonaría hasta bien entrada la tarde...

 

Después de pasar la noche en Valence y de una estupenda cena, pusimos rumbo a casa con alguna lluvia intermitente, hasta llegar a la frontera donde salio el sol como por encanto..., y ya no se volvió a ocultar hasta llegar a casa donde Celia me estaba esperando...

Y esto es to, esto es to, esto es todo amig@s