Aldous Huxley  (1894 - 1963)
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"La historia de un hombre que trató de conciliar la política con la religión espiritual"  
Aldous Huxley  
    Eminencia  Gris:  Estudio  sobre  Religión  y  Política   (1941)
  RESEÑA                                                              
  ÍNDICE                                                              
  SÍNTESIS                                                   
  CITAS                                                              
  EDICIONES DE LA OBRA                                     
  RESEÑA
  Obra original: Grey Eminence: A Study in Religion and Politics
(A Biography of father Joseph)  (1941)
    London: Chatto and Windus
New York: Harper and Brothers.
     
    Eminencia Gris: Estudio sobre Religión y Política
  Para esta reseña se ha
empleado la siguiente edición:
Buenos Aires, Editorial Sudamericana. 1945
2a. Edición.
Traducción: Pedro de Olazábal
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I.
II.
III.
IV.
V.
VI.
VII.
VIII.
IX.
X.
XI.
En el camino a Roma
Infancia y juventud
El fondo religioso
El Evangelista
El acercamiento a la política
Los dos colaboradores
La Rochela
La Dieta de Ratisbona
Nada falla tanto como el triunfo
Política y Religión
La escena final
Apéndice
Índice alfabético
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"Desde que en 1938 descubre la 'Histoire du Sentiment Réligieux en France' del abate Brémond, Huxley siente vivo interés por la vida religiosa francesa del siglo XVII, y en el curso de sus lecturas da con un hombre que atrae con fuerza su atención. Se trata del capuchino François Leclerc du Tremblay,"(1) conocido en religión como el Padre José de París, y, en la historia, como la Eminencia Gris. "Este monje descalzo era el consejero confidencial y brazo derecho del cardenal Richelieu. Además, mucho antes de que Richelieu llegara al poder, él era ya confidente y agente de María de Médicis y de algunos otros personajes de casi igual importancia."(2)

"Doblemente instructiva en el campo de la política y la religión, su vida interesa, además, por encerrar uno de los más curiosos enigmas psicológicos -el de un hombre apasionadamente preocupado por conocer a Dios, familiarizado con las más altas formas de la gnosis cristiana, que ha pasado por lo menos por los estados preliminares de la unión mística, en vuelto, a la vez, en la intriga de la corte y la diplomacia internacional; ocupado en propaganda política y dedicado de todo corazón a una política cuyos resultados inmediatos de muerte, de miseria y de degradación moral podían verse fácilmente en todas las regiones de la Europa del siglo XVII..."(2)

"La digresión más importante, verdaderamente fundamental, de la obra se halla en el extenso tercer capítulo, titulado 'El fondo religioso', donde nuestro autor resume la tradición mística cristiana, (...) con atención especial a la hermosa y breve obra inglesa del siglo XIV 'The Cloud of UnKnowing' (La Nube de lo Desconocido), de autor anónimo, y a la casi desconocida 'Rule of Perfection' del padre Benet of Canfield, guía del propio padre José."(1)

NOTAS:
(1) Aldous Huxley : anticipación y retorno. Doireann MacDermott. Plaza y Janés, 1978.
(2) Eminencia gris. Aldous Huxley. Editorial Sudamericana, 1945.

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Sobre la historia:
"Los sucesos más complejos que se nos presentan son los de la historia humana. Si quisiéramos establecer las condiciones determinantes, digamos, de la guerra de 1914-18, nos veríamos obligados, aun con propósitos tan prácticos como serían los de proyectar una politíca futura, a considerar una gran variedad de 'causas', pasadas y contemporáneas, locales y remotas, psicológicas, sociológicas, políticas y económicas. Determinar la lista completa de esas 'causas' prácticamente insignificantes y su modo de acción recíproca, es una tarea sumamente difícil; tan difícil que está más allá de la capacidad de la mente humana en su estado actual de desarrollo. Pero ¡ay! lo insoluble del problema no ha impedido a hombres y mujeres proponer confiadamente soluciones. El método empleado es siempre el mismo - el de la ultrasimplificación. Así que todos los antecedentes del acontecimiento que se considera, menos los inmediatos, se dejan de lado y se toma la historia como si sólo hubiera comenzado ayer. Al mismo tiempo, se suprimen mentalmente todas las complejidades molestas. Se reduce a los hombres a abstracciones convenientes. Las variedades de temperamento, de talento y de modalidades se allanan en la uniformidad. Se hace aparecer así tan simple el acontecimiento, como para poder explicarlo por medio de muy pocas 'causas', aun quizás mediante una sola. Se utiliza entonces esta conclusión teórica como guía para la acción futura. No es raro, pues, que los resultados sean desalentadores."
Eminencia Gris, pag. 28

Sobre la educación:
"Más recientemente, el Estado ha asumido en todas partes el papel de educador universal - posición que expone a los gobiernos a tentaciones peculiares a las cuales todos, tarde o temprano, sucumben, como lo vemos en los tiempos actuales, en que el sistema escolar se utiliza casi en todos los países como un instrumento de dominio oficial, militarización y propaganda nacionalista."
Eminencia Gris, pag. 363

Sobre la idolatría:
"Pocos son los hombres que quieren algo muy intensamente, y, de estos pocos, sólo una ínfima minoría es capaz de combinar la fuerza de voluntad con una continuidad invariable. La mayor parte de los seres humanos son criaturas espasmódicas e intermitentes a quienes les gustan por encima de todo los placeres de la indolencia mental. "Por este motivo", dice Bryce, "una voluntad enérgica e invariable se convierte a veces en un poder tan tremendo, casi en una fuerza hipnótica". Lucifer es la encarnación mitológica más alta de esta intensa voluntad personal, y los Grandes Hombres que la han tenido en la escena de la historia, participan, hasta cierto punto, de su fuerza y de su magnificiencia satánicas. Debido a esta fuerza y a esta magnificiencia, tan diferente de nuestra propia debilidad y flojedad mental, nos volvemos nostálgicamente hacia las biografías de hombres como Alejandro, César y Napoleón, y, a cada nuevo imitador de Lucifer que surge, nos prosternamos ante él pidiéndonos que nos salve. Y, por supuesto, a muchos de estos Grandes Hombres les gustaría verdaderamente salvar a sus semejantes. Pero puesto que son lo que son, no santos sino mezquinos luciferes, sus bienintencionados esfuerzos sólo pueden llevar, en alguna forma temporaria más o menos desagradable, a la perpetuación de aquellas condiciones por cuya supresión reza la humanidad. Los Grandes Hombres han dejado invariablemente de "entregar las mercaderias", pero porque admiramos sus cualidades y envidiamos sus triunfos, seguimos creyendo en ellos y sometiéndonos a su poder. Al mismo tiempo, sabemos muy bien con parte de nuestro ser que los luciferes no pueden hacernos bien alguno; entonces nos alejamos por un momento de esas encarnaciones de la voluntad personal y nos volvemos hacia esos seres humanos muy diferentes, que encarnan la voluntad de Dios. Los Santos tienen aun más voluntad de ayudar que los Grandes Hombres, pero el consejo que dan es propio a parecer deprimente a los hombres y a las mujeres que quieran gozar de los placeres de la indolencia. "Dios", dicen los Santos, "ayuda a aquellos que se ayudan a sí mismos"; y comienzan a prescribir los métodos por los cuales es posible ayudarse a sí mismo. Pero no queremos tener que ayudarnos a nosostros mismos; queremos ser ayudados, tener a alguien que haga el trabajo por nosotros. Entonces nos volvemos de nuevo hacia las encarnaciones de la voluntad personal. Estos Grandes Hombres no tienen ni la menor duda acerca de su habilidad para darnos exactamente lo que queremos: un sistema político que hará buenos y felices a todos, una una religión de Estado que nos asegure los favores de Dios aquí en la tierra y una bienaventurada eternidad en el paraíso."
Eminencia Gris, pag. 202

Sobre los místicos:
"'Perfección' es el estado de autoabnegación total y continua en la Realidad -el estado de aquellos que pueden decir 'vivo, pero no soy yo sino Dios quien vive en mí'. De sus biografías, surge claramente que los hombres y las mujeres que han llegado a tal perfección, reciben, entre los demás frutos del espíritu, un extraordinario aumento de fuerza moral. Es, por su calidad, una fuerza totalmente distinta de esa inflexibilidad propia de la tensa y egocéntrica voluntad personal del estoico y de los luciferes mezquinos "enemigos de lo justo", según la expresiva frase de Blake, y enemigos de lo injusto. La voluntad de la persona autoabnegada es floja y lánguida, porque no es su voluntad propia sino un gran rio de fuerza que corre a través de ella desde un mar de conciencia subliminal que se abre a su vez al océano de la realidad. Irradia alegría y una serenidad hermosa aunque arredradora; obra con suavidad irresistible, y, siendo completamente humilde, ejerce la autoridad de un poder infinitamente mayor que ella misma, y del cual es mero instrumento."
Eminencia Gris, pag. 205

"El aprender a vivir en abnegación activa constante es probablemente la más dificil y más ardua de todas las tareas humanas pero aquellos que la realizan tienen la recompensa que recibieron (...) todos los grandes místicos; el vivir simultáneamente en el tiempo y en la eternidad, entre los hombres y en dios, y la paz y la bienaventuranza, en esta vida terrena, de la visión beatífica."
Eminencia Gris, pag. 109

Sobre la política:
"Esa gran paradoja de la política - el hecho de que la acción política es necesaria y al propio tiempo incapaz de satisfacer las necesidades que le dieron existencia.
Sólo las sociedades aisladas y estáticas, cuyo modo de vivir se determina por una tradición indiscutida, pueden renunciar a la política. En las sociedades inestables, no aisladas, tecnológicamente progresistas como la nuestra, la acción política en gran escala es inevitable. Pero aun cuando sea bien intencionada (y muy a menudo no lo es) la acción política está siempre predestinada a ser un autoembrutecimiento parcial, y aun a veces completo. La naturaleza intrínseca de los instrumentos humanos y los materiales humanos con los cuales y sobre los cuales debe realizarse la acción política, es una garantía positiva contra la posibilidad de que tal acción pueda dar los resultados que de ella se esperan. Esta generalización podría ilustrarse con un número infinito de casos tomados de la historia."
Eminencia Gris, pag. 348

Sobre el cristianismo:
"'Sacrílegas son las armas empuñadas por una mano sagrada... Cuando la mitra manda al soldado, es el soldado quien manda a la mitra'. Toda la historia política de la Iglesia está resumida en estas frases. Una y otra vez, eclesiásticos y laicos piadosos se han hecho estadistas en el deseo de elevar la política a su propio nivel moral, y una y otra vez la política los ha hecho decender al bajo nivel moral en el cual los estadistas, en su condición de políticos, se ven obligados a vivir."
Eminencia Gris, pag. 254


"Relatada en forma conmovedora, la historia de una cruel injusticia tiene el poder de incitar a los hombres a cometer injusticias en represalia, sea con los autores originarios del crimen, o, si éstos estuvieran muertos o lejos, con los hombres y mujeres, que, por medio de algún abuso del lenguaje fatalmente común, se identifican temporariamente con los criminales. Los motivos que animaron a los antisemitas, cruzados, inquisidores y otros persecutores cristianos han sido muchos y muy diversos, pero entre ellos ha figurado casi invariablemente un deseo de tomar venganza, en alguna forma enteramente simbólica y "pickwickiana", por la injusticia cometida en el Calvario. La cristiandad emocional tiene dos caras. En el anverso de la medalla están estampados la cruz y los tipos de adoración compasiva; demasiado frecuentemente en el curso de la historia, su reverso ha ostentado los espantosos emblemas de la guerra y de la crueldad a sangre fría."
Eminencia Gris, pag. 271

Sobre el ser humano:
"Todo ser humano es una partícula individual de la historia, única e irrepetible, aunque la mayoría de tales partículas pertenecen a una u otra de las varias clases familiares y reconocibles. Este no es el caso con individuos excepcionales. Estos representan las improbabilidades más grandes, tales como las que sólo la vida puede hacer reales, pues sólo la vida posee los recursos y la paciencia de seguir jugando a las loterías de la herencia y del ambiente hasta que el número necesario de probabilidades de una en un millón se produzcan simultáneamente y aparezca y siga su curso un individuo excepcional. Por eso es que la verdad es tanto más extrana, más rica y más interesante que la ficción."
Eminencia Gris, pag. 172

Sobre la transformación de la sociedad:
"La sociedad no podrá ser jamás grandemente mejorada hasta que la mayor parte de sus miembros resuelvan ser santos teocéntricos. Entretanto, los pocos santos teocéntricos que existan en cualquier momento dado, serán capaces, en cierta escasa medida, de calificar y mitigar las ponzoñas que la sociedad genera dentro de sí misma por sus actividades políticas y económicas. Según la frase del Evangelio, los santos teocéntricos son la sal que preserva al mundo social de derrumbarse en un irremediable decaimiento."
Eminencia Gris, pag. 356
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EDICIONES en ESPAÑOL
TITULO TRADUCTOR
EDICIÓN
EDITORIAL
ISBN
F.PUB.
COLECCIÓN
Eminencia Gris Olazábal, Pedro de
1. ed.
Edhasa
84-350-0249-7
1979
Pocket/Edhasa, 25
Eminencia Gris
(Obras Completas - Tomo 3)
 
1. ed.
Plaza & Janés Editores
84-01-01014-4
1969
Los Clásicos del siglo XX
Eminencia gris: 
Estudio sobre religión y política
 
4. ed.
Sudamericana  
1958
 
Eminencia gris: 
Estudio sobre religión y política
    Sudamericana  
1950
 
Eminencia gris: 
Estudio sobre religión y política
Olazábal, Pedro de
2. ed.
Sudamericana  
1945
Biografías
Eminencia gris: 
Estudio sobre religión y política
    Sudamericana  
1942