Oh, la guerra. Por Arturo Robsy.
Estas charlas por Radio La Mar suelen divertir a algunos. No se olvide que todas son pequeños folletos con fines poco electorales, durante la campaña de Mayo.
Oh, la guerra.
"Pelitos", el locutor, entró en el estudio como una amenaza de Sharón, pero sin tanques.
-Aquí Radio La Mar -dijo confidencialmente al micrófono- en su programa por la libertad de expresión.
Rebotado contra los aislantes, se oyó como murmullo blando de olas: era don Carlos Florit, que reía casi en silencio.
-Vuelve a ser la hora del Partido Entero, la recreación fascista y franquista. Y está con nosotros don Carlos Florit, o Florido, para hablarnos de su postura ante la guerra.
-Postura del cuerpo a tierra, desde luego.
Pelitos miró de reojo: no le gustaban ni la fabada ni que le tomaran el tupé.
-Ya lo han oído señores radioyentes: Don Carlos se permite frivolidades ante el riesgo de guerra. Quizá por estas salidas de tono todo el mundo habla del Partido Entero pero nadie hace nada por solucionarlo. Veamos, don Carlos: toda España se ha manifestado contra la guerra y me imagino que usted, como fascista, no estará de acuerdo.
-Claro que no quiero la guerra, especialmente la guerra de clases. Tengo, eso sí, una discrepancia aunque a lo mejor es una entropía.
-Ya empezamos. -atacó pelitos- D. Carlos: ¿Ha pensado en abandonar la vieja técnica del " sí, pero no "?
-Sí, pero no. En esto soy inflexible: Hay un hado que permite que vote a cualquiera, que ya saldrán los que tengan que salir.
-Fascista y cínico, queridos radioyentes.
-Y semántico. Manifestar algo es decirlo, explicarlo. Ustedes mismos, siendo como son, aún dicen que el acusado manifestó ante el juez cualquier cosa. Pero esa cosa contra la guerra manifestaba aleluyas y palabrotas. También manifestaba botellones y porros. Me cuentan que algunos hasta manifestaban "así, así gana el Madrid."
-¿Pero está contra la guerra, don Carlos? Manifiéstese.
-Pelitos: es usted hombre anestésico. Estoy contra la guerra pero no por amor a la mente de Zapatero, porque ese señor tiene mente y todo. Estoy en contra porque padece España de " Collones Interruptus," o sea, porque nos daría un revolcón hasta el ejército andorrano.
-¿Lo ven? Si dispusiéramos de un gran ejército, don Carlos diría sí a la guerra. No podía ser de otro modo.
-Pelitos: su pensamiento es un artefacto movedizo. Con la mitad de lo que cuestan las autonomías tendríamos el mejor ejército de Europa y, si fuera así, nadie necesitaría decir no o sí a la guerra. Naciones poderosas, como Rusia y Estados Unidos, van a la guerra porque no son de verdad fuertes. ¿Cree que un hombre seguro de sí mismo desearía pegar a un niño o a un enano?
-No se salga usted por la tangente.
-No, no: por la cotangente. Usa usted la voz como un disturbio: se queja de una guerra que no ha empezado y calla ante la que funciona, con apartheid y todo. ¿Puedo decir la palabra Israel? Pues, hala: no a la guerra de Israel, guerra bien real. Y no a la matanza de ballenas.
-¿Qué dice usted? Israel sólo hace frente al terrorismo de Hamás. ¿Y qué pintan las ballenas?
-Pintan la imagen física de Sharón. ¿Puedo decir maníaco homicida?
-No. ¿Lo oyen? El Partido Entero es antisemita.
-Pelitos: sabemos que vive de esto, pero recuerde que los iraquíes también son semitas. ¿Es USA antisemita?
-Claro que no. Ni Aznar. Ni Zapatero.
-¿Ve? No todos son tontos significativos, mi locutor.
-¿Pero está contra la guerra?
-Sí, pero cuando la haya. También estoy contra la biografía de Felípez, pero esperaría a que alguien la escriba. No se encienda, Pelitos: ya termino. ¿Puedo saludar?
-¿A quién?-preguntó el locutor, en guardia.
-A mi madre.
-De acuerdo.
-Hola, mamá: has perdido la apuesta. Decías que éste padecía complejo de Edipo y bien claro queda que padece amor a la nómina, que es la que paga su fanatismo galopante, también llamado, " complejo de lombriz de tierra ", o de " alma bífida."
Arturo Robsy