FUENTE: "Las Provincias"       9 de abril de 2000
 
 

           Puebla de San Miguel, un diamante en bruto 
              El municipio se aferra a su patrimonio cultural y ecológico para no morir 



Vicente Agudo (Valencia)
 
"Luis, el pueblo se está muriendo.'' Esta frase, pronunciada por un vecino de Puebla de San Miguel hace varios años, fue como un aldabonazo para el alcalde de esta población, Luis Alcusa, quien no dudó en comenzar a exprimir al máximo los recursos naturales y culturales que se escondían en las más de 6.600 hectáreas del término municipal. Su ilusión no era otra que ver latir de nuevo el
corazón de esta localidad del Rincón de Ademuz.

El resultado de este esfuerzo de varios años no se ha hecho esperar y el pueblo cuenta con una oferta cultural que ha atraído ya a más de 8.500 visitantes, "un número de personas que no han pasado por aquí desde que el rey Carlos III nos segregó de Ademuz'', indicó Alcusa.

La máxima autoridad municipal comienza a hacer realidad unas ideas por las que muchos le habían tachado de soñador. No en vano, tal y como él mismo asegura, "fue lanzarme al vacío, pero veía aquí un potencial ecológico y cultural que no podía dejar perder, por lo que me puse en marcha. Ahora se puede decir que Puebla de San Miguel no desaparecerá''.

              Variedad cultural

Un museo etnológico expuesto en dos edificios, un archivo histórico envidiable, que guarda celosamente numerosos documentos del último medio siglo, y el museo del Cubo, donde se reúne objetos vinculados a la elaboración del vino, son sólo pequeñas muestras del potencial cultural que visitan miles de personas que se acercan a esta localidad en los numerosos autobuses que cada fin de semana llegan hasta Puebla de San Miguel.

A esta lista se suma una iglesia del siglo XVIII, la Tejería, la Casa Abadía, viviendas con la  arquitectura tradicional, antiguos corrales de ganado y sus ermitas. La aspiración de este pueblo les ha llevado a querer ser "la Morella de la provincia de Valencia, ya que contamos con muchos atractivos de este tipo'', apuntó Alcusa, quien añadió que su sala de exposiciones acoge una media de 25 muestras al año de todo tipo de artistas.

Pero el Ayuntamiento de esta pequeña localidad no sólo ha sacado el máximo partido a su patrimonio  histórico, sino que también ha aprovechado sus extensos y poblados bosques de pinos, carrascas y sabinas. "Gracias a Dios no hemos tenido incendios importantes y las brigadas forestales trabajan mucho para que podamos conservar aún zonas vírgenes con numerosos árboles centenarios''.

De la misma forma, los antiguos corrales de ganado se han transformado en improvisados refugios que el Ayuntamiento alquila por 350 pesetas por persona y día. Estas construcciones han sido calificadas por revistas especializadas en turismo como "auténticos hoteles de cinco estrellas de la naruraleza''.

Los esfuerzos se ven recompensados y los proyectos se han hecho realidad gracias, en parte, a que las administraciones han decidido girar su mirada hacia esta deprimida comarca y las inversiones comienzan a llegar. A pesar de todo, Luis Alcusa tiene mucho camino por delante, ya que su siguiente objetivo es conseguir "que la iniciativa privada se aproveche de todo lo que ha hecho el Ayuntamiento y podamos contar con más servicios. Igual que me lo he creído yo, necesito que los vecinos de aquí y de fuera crean en el potencial que tenemos''.

Pero, hasta que ese momento llegue, los vecinos de Puebla de San Miguel se tendrán que seguir conformando con la visita del panadero tres veces a la semana, un servicio que complementan el pescadero y el verdulero, que acuden los jueves, y el carnicero, que llega los sábados.

Sólo un bar del Ayuntamiento se ha convertido en punto de unión social para los 96 habitantes de un pueblo que ha sabido sobrevivir gracias al aprovechamiento de un tesoro que le han legado la historia y la naturaleza.

 

 
 

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