Valle de los reyes
Como el día anterior, tomamos un colectivo hacia el transbordador. Tras liberarnos de un enjambre de pesados que nos ofrecen excursiones en taxi, tomamos otro colectivo en la orilla opuesta hacia el quiosco de tickets tras hacernos unas fotos en los colosos de Memnon. Sacamos entradas para el templo de Hatshepsut (Deir el Bahari) y para todas las tumbas de los nobles (cuatro entradas para 10 tumbas). Cogemos un taxi hacia el valle de los reyes, donde hay que sacar otra entrada general que da derecho a tres tumbas y otra aparte para la de Tutankhamon. No se puede hacer fotos dentro de las tumbas. En algunas puedes dar una propina al guarda para que te deje, pero sin buena iluminación no salen bien. Para evitar que salgan movidas las fotos con poca luz, utilicé un cordón tenso sujeto por el pie por un extremo y a la cámara por el otro para evitar la vibración vertical. Si además tienes una pared puede evitarse la vibración horizontal. Pese a estas medidas, la iluminación es deficiente y el color no es bueno. Por otra parte, las paredes están protegidas con metacrilato, con lo que las fotos no valen nada. Aquí se muestran algunas imágenes descargadas del Ministerio Egipcio de Turismo.
Primero visitamos la de Tutankhamon que defrauda mucho pues está con tarima y sólo te puedes asomar al recinto donde está el sarcófago con la momia. Es de las más pequeñas y con una decoración nada excepcional. Se paga una entrada aparte más cara que la global.
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Después vamos a la tumba de Ramses VI que tiene un largo corredor con bajadas. Es de las mayores del valle y está totalmente decorada. Al final, después de unos 80 m, se llega a una sala con un sarcófago gigantesco roto y un techo abovedado con dos diosas Nut que cubren toda la sala. Es una tumba preciosa que produce un impacto difícil de olvidar: es una gran emoción caminar entre estas pinturas que han sobrevivido más de 3000 años.
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Después entramos a la de Ramses III que también posee un largo corredor que se interrumpe por un derrumbe, aunque no es tan grandiosa como la anterior. Destaca por las pinturas de los arpistas ciegos. Desgraciadamente, no se puede ir a la de Tutmosis III (aunque subimos la escalera), ni a la de Horemheb ni a la de Seti I. Es una pena pues son las mejores. Hay mucha gente y para proteger las tumbas no hay más remedio que cerrarlas cada cierto tiempo. Optamos por ir a la de Tutmosis IV que tiene un largo corredor con escaleras pero con las paredes peladas; al final hay un sarcófago de cuarcita roja.
Observamos que hay un camino que sube por la montaña que se dirige hacia Deir El Medina. Si no fuera porque no tenemos tiempo, lo hacíamos, pues debe ser agradable llegar al valle por este camino, ya que hace muy buena temperatura.
Deir El Bahari
Concluida la visita al valle de los reyes, nos vamos en un taxi hacia Deir El Bahari, en concreto al templo de Hatshepsut pues los otros templos de Tutmosis III y Mentuhotep están en ruinas. Aquí las hordas de turistas en grupo son gigantescas (montones de autobuses). Destacan las enormes terrazas del templo, el paraje natural con la montaña detrás y las estatuas de la reina Hatshepsut.
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Tengo problemas con el carrete y he de abrir la cámara en la tumba de Pabasha con un abuelo comprensivo que nos cede una sala de momias oscura para cambiar el carrete.
Tumbas de los nobles
A continuación tomamos un taxi a las tumbas de los nobles y tenemos un pequeño lío con el taxista porque no tiene cambio de 50. Al final interviene un guardia que arbitra la situación. Se trata de tumbas de funcionarios y nobles de la XVIII dinastía. No están muy lejos unas de otras y un guarda te las enseña para ganarse unas libras. Empleamos unas 3 horas en recorrer 10 tumbas y es difícil no hacerse un lío a pesar de tomar notas y leer la guía. Aunque cada una tiene algún rasgo característico, es muy fácil confundir unas con otras y al escribir estas líneas tengo que consultar la guía o buscar en internet para no liarme. Tumbas visitadas:
Ramose. Visir de Amenofis III y Akhenaton, destaca por los relieves. Hay una sala con columnas y unos relieves muy finamente trabajados con su esposa y unas imágenes de plañideras. Con una pequeña propina el guarda me deja hacer fotos (las de la izquierda son mías)
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Userhat (56). Pinturas en las paredes con Userhat haciendo ofrendas a Amenofis II. El guarda con un espejo nos ilumina el interior de la tumba.
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Khaemhat (57). Escriba real con relieves y 6 estatuas de mujeres del difunto.

Rekhmire (100). Tiene forma troncopiramidal, se va haciendo más alta al adentrarse, es muy larga y bien conservada. Hace una reverberación curiosa al dar una patada en el suelo. Pinturas con motivos agrícolas.



Sennefer. Administrador de los graneros con Amenofis II, es la más bonita de la zona. Situada encima de la de Rekhmire, se accede por una escalera de caracol muy pronunciada tras la que hay una antecámara y agachándose se accede a una sala con pilares muy decorada. Llama la atención las parras en el techo y la figura estilizada que el artista ha dado a la mujer de Sennefer. El guarda me pide discreción para hacer fotos, haciéndome señas de que si no lo ahorcan, consiguiendo alguna sin que se vea el metacrilato.

Estas otras no son mías, pero es la única manera de verlas sin la barrera protectora.
Najt. Escriba y astrónomo con Tutmosis IV. Con una estatuilla en la entrada y también con diferentes escenas agrícolas: aventar el trigo, jaulas con pájaros, caza, vendimia y preparación de mosto. En el interior hay mucho cemento y posee unos paneles explicativos. Las escenas agrícolas son de las mejores. Desde aquí hacemos una excursión de 5 minutos a ver una vista del templo de Hatshepsut con ayuda del guarda que nos lleva de una tumba a otra. Con tiempo se puede ir caminando hacia el templo monte a través.
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Menna. Estamos ya un poco saturados y resulta difícil no confundir una tumba con otra. Más escenas de caza, pesca y recolección. Juego de espejos para iluminar el interior y curiosos relieves finísimos del pelo que cambian de color del negro al rubio con el ángulo de iluminación.

Finalmente se visitan un grupo de 3 tumbas muy próximas.
Un guía muy preparado nos las explica con ayuda de espejos. Se trata de las de Userhat,
Khonsu y Benia. Esta última con 3 estatuas del difunto,
su esposa y hermana. Muchas escenas agrícolas: patos, vino, trigo. En las tres tumbas
está la ceremonia de pesada del alma con Anubis, Thoth y Osiris.
Estamos un poco saturados de tumbas y molidos de ir de un lado a otro. Tomamos un colectivo al transbordador y en la otra orilla buscamos un taxista para la excursión de día completo a Dendera y Abydos, encontrando uno que nos lleva por 150 LE. Quedamos con él que nos recogerá en el hotel a las 7:30. Cena de parrillada de kebab y kofta en un restaurante de comida egipcia.
El tercer día en Lúxor lo dedicamos a la excursión a Abydos y Dendera.
El cuarto día nos levantamos temprano y a las 7:30 nos dirigimos al transbordador para cruzar el río. Nos hemos quedado con ganas de más tumbas del valle de los reyes ya que las grandes de Seti I, etc, están cerradas. En la otra orilla tomamos un taxi para que nos lleve y traiga al Valle de los reyes. Sacamos las entradas para tres tumbas más y visitamos por este orden:
Ramses IX que es quizás pobre en decoración en las paredes pero que tiene un techo muy decorado con motivos astronómicos. Corredor no excesivamente largo. Muchas pinturas con escarabajos Kheper.
Meremptah. Es muy larga en descenso, parece la bajada al metro. Impresiona mucho ver toda su longitud con los visitantes allá abajo. Al final hay un sarcófago de piedra muy pesado. Por lo visto, este faraón es el interpretado por Yul Brynner en Los diez mandamientos. Intentando hacer una foto sin que el guarda me vea, me caigo en redondo poniéndome perdido y saliendo de la tumba hecho un albañil.
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Tausert y Setnakht. Fue construida por la primera y aprovechada por la segunda. Es muy bonita y decorada, viéndola solos. Tiene un sarcófago al final. En poco más de una hora hemos terminado las tres visitas, volvemos al taxi, y a las 10 ya estamos en la orilla oriental de nuevo.
Visitamos el templo de Lúxor que está situado en el centro de la ciudad. En la puerta destaca una avenida de esfinges con dos estatuas de Ramses y el obelisco gemelo del parisiense de la plaza de la Concordia. Tras tomar un té nos dirigimos al templo de Karnak a eso de las 12. Estuvimos unas 2,5 horas viendo su excepcional sala hipóstila desde todos los ángulos y relajándonos sentados en las columnas. Es la sala de este tipo más grande de Egipto con unas columnas que producen una sensación inolvidable. Tras la visita, nos vamos a la pastelería de la zona de la estación que es buenísima. A las 4 de la tarde, con los pies bastante doloridos, terminamos la agotadora jornada con dos visitas al museo de la momificación y al museo de Lúxor. El primero muestra diversos objetos utilizados en la técnica de la momificación, una técnica que el dios Anubis enseñó a los hombres según la mitología egipcia: estiletes, productos químicos y ungüentos conservados durante siglos, cocodrilos y otros animales momificados. En el segundo se muestran los descubrimientos de 1989: 26 estatuas en perfecto estado halladas en el mismo centro de Lúxor.
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Cambiamos euros y nos vamos al hotel a por el equipaje. El tren sale a las 21:30 y como no nos gusta la bandejita de arroz empastrado que dan en el tren, cenamos enfrente de la estación mucho mejor. Mañana, llegada a Cairo y excursión a Sakkara y Dahshur.
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