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El culpable Juan V. Oltra |
Parece mentira, tanto político sesudo estudiando de
manera conjunta o separada las tragedias
que han apabullado a nuestra piel de toro, y no se han dado cuenta. El
hundimiento del barrio del Carmelo, el incendio del edificio Windsor
tienen un solo culpable y no lo han visto. Y no sólo eso; a buen seguro que ese mismo
personaje ha estado detrás de esta ola de frío anticonstitucional que
ha recorrido el país (aún se recuerda cómo Llamazares saludaba
emocionado puño en alto o, como se decía hace años “agarrándose
el cuerno” este viento gélido, pues le dijeron que era
siberiano). Esto es nuevo, durante años, los políticos han sido
certeros y se daban cuenta de estas cosas, eran más despiertos. Felipe
González, Alfonso Guerra, Pujol e incluso Arzalluz, que ya es decir, se
hubieran percatado. Esta vez, no ha sido así. Quizá sea un efecto
secundario de esa enfermedad que se ha dado en llamar “optimismo
antropológico” y que por lo visto en ocasiones también da fiebres
que impiden viajar. Pero no, esa enfermedad no puede afectar a todos,
hay muchos inmunizados, incapaces hasta de esbozar una sonrisa sin tener
un niño a quien mesar los cabellos o una dama delante a quien besar. En
cualquier caso, algo les ha impedido ver lo obvio, lo evidente. Tanto es
así, que como muestra de lealtad creo que debo ponerles sobre aviso. Debo hacerlo. Me guste poco o mucho este gobierno, le
debo respeto. Como se lo debía a los anteriores. Representan mucho más
que banderías, aunque ellos mismos no se den o no se quieran dar
cuenta. No importa, debo abrirles los ojos. Ustedes seguro que ya se han dado cuenta, pero se
callan. Unos, partidarios del gobierno, para no dejarles mal, pensando “¡a
ver si se dan cuenta de una vez; qué bochorno!”. Otros,
contrarios a él, riéndose por lo bajini y dándose de codazos entre
los amigos. Pues muy mal, señores. Eso no se hace. No con el Gobierno
de la Nación. Y como veo que nadie se anima a hablar, tendré que
hacerlo yo. Y mira que esta vez lo ha puesto fácil. Que si humo
azul, que si lucecitas que se encienden,
que si fantasmas o espectros del Windsor, que si una fuerza que
salía de la tierra… Faltaba sólo que llamara a la Moncloa reivindicándolo,
cosa que no descarto que hiciera, aunque tal vez encontrara la línea
colapsada por la esperada llamada de Bush. Señores, por favor ¿no quedábamos en que todo lo
malo que ocurre en España es culpa de Franco? ¿Tanto os cuesta
recordar que es inmortal? Y ahora en serio… por primera vez desde el inicio
de la transición ha ocurrido algo que no es culpa de él. Igual es una
buena señal, mire usted. Quizá nuestros políticos estén madurando y
aprendiendo a aceptar sus propias responsabilidades. Quizá. Aunque no
apostaría sobre ello. *
*
* Desde que estas líneas fueron escritas hasta hoy, ha
sucedido lo esperable, la revelación. Por fin alguien se ha dado cuenta
y ha informado a la población de su descubrimiento. Ha tenido que ser
Carod-Rovira; sí, aquel muchacho tan espabilado que charlaba
animosamente con los mismos que asesinaban a los compañeros de su
padre. Siento que me pisara la primicia, qué se le va a hacer. Juan V. Oltra |