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Zona: Yátova – Paraje de Tabarla en el río Magro Inicio: Carretera Yátova-La Portera, en el desvío de Casas de Mijares Acceso: Desde la A3 salida Buñol y luego dirección Yátova y La Portera Tiempo
estimado:
2 horas y media Dificultad: Baja. Buen sendero y poco desnivel. Hay que vadear el río varias
veces. En marcha... Ruta: Desde el desvío de
Casas de Mijares, cruzamos el puente sobre el río Mijares y seguimos un tramo
sobre la carretera de La Portera. ¡Ojo con lo del Mijares...! No tiene nada
que ver con el río Mijares de Castellón... aquí estamos en la comarca de
Buñol. Enseguida vemos a nuestra izquierda el desvío
del GR7 que va en dirección a Tabarla y lo cogemos, por un bonito sendero que
durante un buen trecho se mantiene cerca de la carretera por una zona más
bien llana de pinada hasta llegar al Pocico Valentín. Desde aquí, siguiendo las marcas del GR,
llegamos en unos centenares de metros a las ruinas de Casas de Tabala. Continuamos el sendero por un carril entre
campos de almendros y amapolas hasta llegar al borde de la meseta. Tenemos frente a nosotros la profunda depresión
que forma el río Magro y el paisaje cambia. Seguimos por una estrecha senda por un frondoso
bosque y rápidamente bajamos al fondo de la depresión, por donde discurre el
magro río Magro, saliendo junto a la zona de campamentos de Tabarla. Cruzamos el río por un puente de madera (otros
prefieren chapotear...) y seguimos hacia la izquierda, río abajo. Se nota que ha llovido estas semanas y la
primavera está en pleno apogeo. El cauce el río está menos magro de lo normal
y discurre entre quebradas de roca y verdes praderas llenas de florecillas. Se hace inevitable vadear el río en varias
ocasiones y, por tanto, mojarnos los zapatitos con lo que llevan dentro. En un momento dado, tras vadear el río a su
margen izquierda, el sendero se separa del cauce y vuelve más adelante al
mismo para continuar por una zona de praderas. Volvemos a vadear el río en una zona de rocas y
la senda asciende por la margen derecha hasta una bifurcación. Dejamos aquí la senda que sube hacia el collado
del Pulpitillo y volvemos a bajar al río para vadearlo una última vez y seguir
por la margen izquierda. Dejamos a la izquierda una senda que sube y
seguimos de frente, hacia un visible collado que hay sobre una pronunciada
curva del río a la derecha. Un bosquecillo que llega a la misma margen del
río marca el inicio del sendero que atraviesa la ladera en diagonal formando
un amplio arco hasta alcanzar el visible collado. En el mismo collado, a la izquierda, cogemos una
estrecha senda que sigue subiendo por la ladera boscosa. La ladera se va transformando en una estrecha
loma donde el sendero discurre entre rocas y pinos, hasta llegar a la amplia
meseta que se prolonga hasta el paraje de Casas de Tabarla. El estrecho
carril sale a una encrucijada de pistas. Seguimos la pista a la derecha que atraviesa la
meseta a lo largo hasta salir en un par de km a las ruinas de Casas de
Tabarla, por donde pasamos al principio. De aquí desandamos (mejor dicho, descorremos) el
primer tramos de la ruta para salir, por el Pocico Valentín, de regreso a la
carretera de La Portera y a los coches, junto al puente del río Mijares. Para rematar la jornada nos pegamos un agradable
baño en la poza que hay bajo el puente, en el Mijares. Luego unas cervecitas
y unas risas amenizadas con tarta de queso y de chocolate que nos ha traído
Guillermo y para casa...!! Volver
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